Con permiso del Dr. Fernando Soler, prestigioso oftalmólogo de España, transcribo el artículo redactado en su blog.

Hace un par de años se empezó a hablar de un tema recurrente en nuestros foros y en algunos países como Argentina a nivel de calle, que es donde nació la idea. Ahora en el Blog de Ojos de la Clínica Dr. Soler tenemos que abordarlo pues se intenta volver a poner de moda mediante publicaciones en Internet. Se trata del mito de curar la presbicia o vista cansada con gotas.

Hace un tiempo comparábamos el funcionamiento del ojo con el de una cámara fotográfica. El ojo en su interior dispone de una lente que llamamos cristalino y que sería como la lente de una cámara fotográfica. Tiene una consistencia elástica que le permite de manera automática variar su poder permitiendo no sólo ver de lejos, sino el enfoque de objetos próximos como hacemos en la lectura. Con el paso del tiempo pierde elasticidad y empiezan los problemas de visión de cerca.

Esta condición es lo que llamamos la presbicia o vista cansada y su tratamiento efectivo es con gafas o con cirugía ocular. Según el inventor del sistema, las gotas que se dan para “curar la presbicia” tienen un fármaco que cierra algo la pupila y contrae el músculo ciliar. Esto permite mejorar algo la visión de cerca pues el cierre de la pupila aumenta lo que los fotógrafos llaman profundidad de foco y la contracción del músculo ciliar estira y aplana algo el cristalino perdiendo potencia para poder ver mejor objetos próximos.

Si la suma de ambos mecanismos de acción permiten ver de cerca, ¿por qué decimos que ésto no es la cura de la presbicia? Por varios motivos y no baladís precisamente. El uso continuado de colirios mióticos (los que en el código de colores tienen el tapón verde), es decir gotas que cierran la pupila, produce alteraciones importantes en el medio y largo plazo. Impedirá la dilatación de la misma para el estudio de la retina o de una cirugía de cataratas… o de presbicia. Puede descender en exceso la tensión ocular y puede alterar la pigmentación del iris. Por otra parte, tener un músculo contraído continuamente acaba alterando su funcionalidad.

Finalmente, los colirios caseros, mágicos y “eso va con mi fórmula”, entran en el campo del charlatanismo y de los vendedores de crecepelo. No están avalados por el método científico y puestos después a disposición de la humanidad, con el beneficio lógico para su inventor, para uso y beneficio de la salud de todos.

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Dr. FERNANDO SOLER

• Oftalmólogo y Doctor en Medicina y Cirugía.
• Director de Innova Ocular Clínica Dr. Soler en Elche.
• Presidente de la Fundación Dr. Soler.
• Director de FacoElche.
• Ex – presidente del Grupo Innova Ocular
• Jefe de Servicio en excedencia del Hospital General Universitario de Elche.